Son barrenderas jóvenes y con sueños mecidos al ritmo de sus escobillas, con las que limpiaban las calles de pequeños pueblos cerca de la frontera con Córdoba. En estas localidades, cuenta Graciela Bustos, una de las protagonistas de esta historia, no hay lugar para la mujer. “Sólo espacios para barrer y limpiar casas”, insiste Bustos. En tardes de mateadas pueblerinas las ganas y el deseo de mejorar impulsó a nueve mujeres de distintos pueblos santafesinos –Bouquet, Tortugas y Montes de Oca– a unirse para salir de esa condición. La propuesta se consolidó en 2009, cuando empezaron a transitar el camino del asociativismo y se convirtieron en una cooperativa textil.
jueves, 11 de julio de 2013
NUEVE MUJERES DE BARRENDERAS AL GRUPO TEXTIL
Nueve mujeres que realizaban tareas de limpieza en
las localidades de Bouquet, Tortugas y Montes de Oca, todas del departamento
General Belgrano, forjaron una red de trabajo textil en la región. Sólo un
hombre integra ese grupo.
Son barrenderas jóvenes y con sueños mecidos al ritmo de sus escobillas, con las que limpiaban las calles de pequeños pueblos cerca de la frontera con Córdoba. En estas localidades, cuenta Graciela Bustos, una de las protagonistas de esta historia, no hay lugar para la mujer. “Sólo espacios para barrer y limpiar casas”, insiste Bustos. En tardes de mateadas pueblerinas las ganas y el deseo de mejorar impulsó a nueve mujeres de distintos pueblos santafesinos –Bouquet, Tortugas y Montes de Oca– a unirse para salir de esa condición. La propuesta se consolidó en 2009, cuando empezaron a transitar el camino del asociativismo y se convirtieron en una cooperativa textil.La Cooperativa de Trabajo
Alternativo o “Cootral” forma parte de las 12 mil cooperativas y mutuales
registradas en la provincia de Santa Fe. Sus integrantes son parte del colectivo
de 350.000 asociados. Estos números reflejan la importancia del cooperativismo
como modo de producción asociado y fuente de principios organizativos
igualitarios.
Son barrenderas jóvenes y con sueños mecidos al ritmo de sus escobillas, con las que limpiaban las calles de pequeños pueblos cerca de la frontera con Córdoba. En estas localidades, cuenta Graciela Bustos, una de las protagonistas de esta historia, no hay lugar para la mujer. “Sólo espacios para barrer y limpiar casas”, insiste Bustos. En tardes de mateadas pueblerinas las ganas y el deseo de mejorar impulsó a nueve mujeres de distintos pueblos santafesinos –Bouquet, Tortugas y Montes de Oca– a unirse para salir de esa condición. La propuesta se consolidó en 2009, cuando empezaron a transitar el camino del asociativismo y se convirtieron en una cooperativa textil.
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