El atractivo que se ganaba todas las expectativas era la presencia de Jorge Rojas en la tercera noche del festival.
Cuando este tipo de artistas llegan a Cosquin la ciudad se transforma y se eleva considerablemente por unas horas los habitantes de esta población serrana que de sus poco más de 20 mil habitantes por horas llega a tener casi el doble.
Desde cerca de las 18 las inmediaciones de la plaza Próspero molina comenzó a recepcionar a centenares de personas que se convocaban para ver a su ídolo y desde las pruebas de sonidos que comenzaron a las 16 hasta cerca de las 21 las esquinas de la plaza que son los lugares de entrada se abarrotaron de sillas, sillones y cámaras fotográficas que guardaran un recuerdo de este día.
Una vez habilitada las entradas en pocos minutos todo el predio lucio lleno hasta más no poder.
Un espectáculo impagable con la calidad que este artista utiliza para cada una de sus presentaciones que sirvió para que lo asistente se llenaran de luces, sonidos y color, llegando al final con un aplauso interminable de toda la plaza que hasta en los pasillos tenía gente que trataban de ver algo.
Luego Jorge Rojas salió del predio folclórico en un auto ante la atenta mirada y aplausos de los que disfrutaron del show.
Una acotación, cuando uno habla de artistas como Rojas, y sus fans piensa que solo llega a las mujeres que que son ellas las más desenfrenadas, pues debo decirles que no es así varias agrupaciones de fans, llegaron a Cosquin con sus remeras identificatorias y muchos varones saltaban y cantaban al son de sus canciones, aquí sí que no va aquello de “acompañé a mi novia o a mi señora”.
Pero con el mismo calor y alegría que tuvo Jorge Rojas, se debe destacar la presencia después de algunos años en el escenario mayor de Luis Landriscina, que como el mismo dijo “soy un producto de Cosquin”. El respetuoso silencio que coronó el ingreso del “chaqueño” tras la presentación, habla a las claras del luchar ganado por este decidor de cosas, relatos y cuentos que cada vez que cerró uno de ellos el plauso caluroso llegó desde la platea y las populares que estaban intactas aún.
Relatos y cuentos así como sucedidos fue el repertorio que uso Landriscina y su figura única en el escenario fue lo suficientemente grande para mostrar que a veces no es volumen en personas sino en calidad para recibir una ovación como la que tuvo anoche además de las premiaciones que recibió por su participación tras la presencia de la delegación del Chaco.
Cuando este tipo de artistas llegan a Cosquin la ciudad se transforma y se eleva considerablemente por unas horas los habitantes de esta población serrana que de sus poco más de 20 mil habitantes por horas llega a tener casi el doble.
Desde cerca de las 18 las inmediaciones de la plaza Próspero molina comenzó a recepcionar a centenares de personas que se convocaban para ver a su ídolo y desde las pruebas de sonidos que comenzaron a las 16 hasta cerca de las 21 las esquinas de la plaza que son los lugares de entrada se abarrotaron de sillas, sillones y cámaras fotográficas que guardaran un recuerdo de este día.
Una vez habilitada las entradas en pocos minutos todo el predio lucio lleno hasta más no poder.
Un espectáculo impagable con la calidad que este artista utiliza para cada una de sus presentaciones que sirvió para que lo asistente se llenaran de luces, sonidos y color, llegando al final con un aplauso interminable de toda la plaza que hasta en los pasillos tenía gente que trataban de ver algo.
Luego Jorge Rojas salió del predio folclórico en un auto ante la atenta mirada y aplausos de los que disfrutaron del show.
Una acotación, cuando uno habla de artistas como Rojas, y sus fans piensa que solo llega a las mujeres que que son ellas las más desenfrenadas, pues debo decirles que no es así varias agrupaciones de fans, llegaron a Cosquin con sus remeras identificatorias y muchos varones saltaban y cantaban al son de sus canciones, aquí sí que no va aquello de “acompañé a mi novia o a mi señora”.
Pero con el mismo calor y alegría que tuvo Jorge Rojas, se debe destacar la presencia después de algunos años en el escenario mayor de Luis Landriscina, que como el mismo dijo “soy un producto de Cosquin”. El respetuoso silencio que coronó el ingreso del “chaqueño” tras la presentación, habla a las claras del luchar ganado por este decidor de cosas, relatos y cuentos que cada vez que cerró uno de ellos el plauso caluroso llegó desde la platea y las populares que estaban intactas aún.
Relatos y cuentos así como sucedidos fue el repertorio que uso Landriscina y su figura única en el escenario fue lo suficientemente grande para mostrar que a veces no es volumen en personas sino en calidad para recibir una ovación como la que tuvo anoche además de las premiaciones que recibió por su participación tras la presencia de la delegación del Chaco.
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