El miércoles 17 de septiembre de 2008 los vecinos de Las Rosas, se estremecieron ante el hallazgo de un cuerpo humano descuartizado y oculto en la letrina del patio trasero de una vivienda de Mendoza al 200. El pozo estaba tapado con escombros y los restos, se sabría poco después, pertenecían a Guillermo Javier Centurión, un camionero de 36 años que eran buscado por su familia, oriunda de provincia de Buenos Aires, desde ocho días antes. Por el homicidio fue detenido un hombre que se dijo "amigo" de la víctima: Víctor Fabián Farías, de 37 años. Ahora, por aquel crimen, el juez de Sentencia José Luis Mascali halló a Farías culpable de haber asesinado a Centurión para robarle sus bienes y lo condenó a prisión perpetua.
"Se encuentra probado que Farías mató con la finalidad de apoderarse de los bienes de Centurión", escribió el magistrado en el fallo. De acuerdo al Código Penal Argentino, la ley que rige en materia de delitos y su sanción, los condenados con prisión perpetua deben cumplir 35 años de pena para poder acceder al beneficio de la libertad condicional. Al leer las 75 carillas de extensión que tiene el fallo del juez Mascali, se tiene acceso a un caso digno de una película de horror. La historia de dos hombres relacionados por el trabajo que terminó en tragedia cuando uno de ellos decidió matar al otro para apoderarse de unos pocos bienes materiales: una moto Motomel de 110 centímetros cúbicos, electrodomésticos y muebles. Todo eso como precio por una vida humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario