Las viejas escuelas "taller" de la primaria marcaron una época, donde cualquier chico que no pudiera seguir estudiando tenía la oportunidad de aprender algo de alguno de los oficios que allí se dictaban, por lo menos para darse maña en la utilización de una garlopa, un cepillo o un formón, o bien coser una serie de revistas y encuadernarlas para ganarse una chirola.Desde aquella habilitación de un día del año 1909, en nuestra ciudad, en las instalaciones de la escuela 260, que la albergó por algunos años, luego enfrente tuvo sede, donde hoy no queda más que el terreno, hasta llegar al edificio donde hoy sigue con su cometido de enseñar "taller", han pasado nada más ni nada menos que 100 años.
Cien años en la vida de una escuela de estas características dan la afirmación de que no estaban errados quienes pensaban en el futuro y la mano de obra de los chicos para ir tirando.
Hasta 1996, solo los varones poblaban los talleres, la ley federal de educación, que lejos de mejorarla dejó de lado algunas actividades y recortó la posibilidad del oficio y convirtió en mixta la escuela con el agregado de las maestras de actividades prácticas al establecimiento y transformando el taller en "tecnología".
El tiempo ha pasado y lentamente se va retomando las tareas históricas, marcando las necesidades del momento. Cerca de 700 alumnos de las escuelas públicas y privadas de Las Rosas, pueblan los talleres y estarán prestos para celebrar estos 100 años educando a generaciones.
Felicidades, querida escuela taller...(Hora: 11.00)
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