El diario La Voz del Interior de Córdoba remarcó en un comentario lo que venimos informando desde Renacer Regional FM y este espacio.
El columnista Santiago Giordano, conocedor del festival asi escribió sobre la octava luna:
Construcción y deconstrucción de la noche en Cosquín
Vitale-Baglietto y Soledad brillaron en el inicio de una noche que fue paulatinamente perdiendo interés y público.
Una crónica crítica de una luna del Festival Nacional de Folklore, digamos la octava, la del viernes, debería tener en cuenta una serie de variables que suelen ser parte de la dinámica de una noche festivalera. Antes de hacer foco en la calidad musical y el carisma de un artista, sería prudente, e importante, por ejemplo, considerar el horario que le tocó para subir al escenario, saber quién actuó antes y tener en cuenta quién actuó después, entre otras consieraciones que en el fondo tienen que ver con el estado del público y sus posibles reacciones.


La noche que había comenzado de la mejor manera, con Vitale-Baglietto isnpirados, Soledad sacudiendo una plaza feliz de que eso suceda y el poeta Antonio Preciado devolviendo al escenario que lleva el nombre de Atahualpa Yupanqui el don de la palabra dicha, comenzó a desarmarse lentamente. En una especia de pirámide invertida, los atractivos de la programación disminuían a medida que la noche se internaba en la madrugada.
De todos modos en ese lento camino al muere, la noche tuvo algunos destellos interesantes: la actuación de Santaires, uno de los grupos que mejor conjugan lo vocal con los instrumental; la frescura de Aguamarina Trío; la idea hecha canción de Nahuel, compositor notable; la voz bien plantada de Tubo Moya, cantor y artesano; el acento de Los Nietos de Don Gauna; la interpretación de Zamba para olvidarte -de Daniel Toro y Julio Fontana que ya está entre las más tocadas en este festival-, que ofreció el conjunto Maité, con Facundo Toro como invitado. Se suma también a esta lista la revelación de Milena Salamanca, ganadora del Pre Cosquín en el rubro Solista vocal mujer; una voz cálida y redonda, una verdadera promesa.
El resto de la noche que comenzó con la plaza llena y terminó con unos pocos desvelados gloriosos levantando el vaso casi vacío en las plateas, se fue haciendo con actuaciones breves que se hacían más veloces a medida que pasaba el tiempo.
Una deconstrucción de la noche.
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