Esta vez el verdugo fue Paraguay, quien tuvo a mal traer durante gran parte del partido a la seleccion argentina.
Una selección nacional que careción de ideas futbolísticas, que ni con los cambios que Maradona introdujo mejoró su performance.
Se repitieron las situaciones de falta de juego de conjunto ya apreciadas ante los brasileños.Sin una planificación que hiciera aventurar un resultado necesario para la clasificación.
Se sacrificaron los preceptos básicos de un equipo, como es la de jugar para el conjunto sin la necesidad de aparecer como el salvador con la jugada magistral.
La selección nacional jugó por arriba con una defensa donde su fuerte es la altura y los delanteros argentinos de mucho más baja talla que los guaraníes fueron fácil presa para neutralizar los ataques que se gestaban.
Como si esto fuera poco el arquero Villar se encargó cada vez que lo exigieron a demostrar porque es titular de esta seleccíón.
En contrapartida los digidos por Martino, jugaban por abajo, explotando la capacidad de Cabañas por la derecha y el permanente desmarque de Haedo, quien tanto por el medio como por la izquierda siempre llevó peligro a Romero.
Pero una vez el poste derecho, otra el travesaño fueron privando a la albirroja a ponerse en ventaja hasta que a los 27 minutos una de los tantos ataques del conjunto local, hizo que Cabañas se fuera por el sector derecho dejando un par de defensores argentinos desairados y combinara con Haedo (foto) quien raudamente entraba en posición izquierda y con un potente tiro cruzada a la izquierda de Romero puso un justo 1 a o, que sería el resultado final de la primera etapa.La segunda se mostró con el ingreso de Lavezzi por Agüero de poco aporte en el ataque. El jugador del Napoli, se ubicó por la izquierda pero no alcanzó con su despliegue para modificar la situación.
A esta altura, uno a cero abajo, una doble amarilla para Juan Sebastián Veron y Argentina que se queda con uno menos por la expulsión del jugador de Estudiantes.
Luego vendrían cambios en Paraguay y los ingresos de Palermo y Schiavi en la albiceleste, pero todo seguiría gual, con mucha vergüenza y pocas ideas se fueron consumiendo las minutos del segundo tiempo y a pesar de esfuerzos esporádicos nada se pudo hacer contra esta realidad que marca que Argentina no juega a nada.
La alegría fue totalmente paraguaya cuando Fagundes, de buen desepeño, marcó el centro de la cancha sellando la suerte de uno y otro. El local festejando la clasificación y los argentinos mirando quien será el rival del repechaje, porque hasta ahora solo alcanza para eso.
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