
Después de un muy buen viaje desde la ciudad de Rosario y recorrer casi 1400 kilómetros la capital paraguaya nos recibió con un tiempo fresco y algo nublado.
Una ciudad que parece no haber avanzado dentro del modernismo que se van viendo en otras capitales de países.
Los contrastes se dan mucho, la gran mayoría de las construcciones son atiguas, pero quizás a pocos metros hay un edificio de ultima generación.
Calles angostas, con veredas bastantes dañadas y sin reparación dejan la calzada circular una vetusto sistema de tansporte que muestran la falta de atención.
Las gestiones para la acreditación fueron realizadas esta tarde estando presentes en el viejo estadio Defensores del Chaco, en el barrio Sajonia, un bastión politico de los "colorados", con algunos nostálgicos que añoran aún hoy a Stroessner.Un escenario futbolístico que demuestra que allí se han hecho inversiones en los últimos años y los dejado a tono con los tiempos que corren.
Mañana unas 40 mil personas llegarán hasta allí para presenciar el antepenúltimo partido eliminatorio para Sudáfrica 2010.
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La entrada al país, la hicimos por el punte internacional de Clorinda, con un celoso repaso de la documentación de los pasajeros y de los vehículos que entran al país a tal punto que ese trámite demandó casi una hora y media.Pero lo paradójico de este cuidadoso control es que allí mismo donde trata de ver que no ingresen indocumentados, vendedores ambulantes paraguayos ofrecen todo tipo de mercancía que lejos están de ser legales, pero están en su país y seguramente no será delito la venta de elementos no lagales, vaya uno a saber.
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