La víctima, de 58 años, falleció como consecuencia de dos
lesiones punzantes, la fractura de múltiples costillas y algunos dedos, todo
del costado derecho, además de signos de haber sido arrastrado decenas de
metros en el potrero.
El ataque se produjo el sábado último alrededor de las 5,
si bien recién en las últimas horas el caso alcanzó notoriedad pública. Ocurrió
cuando el encargado del tambo de un establecimiento ubicado a 13 kilómetros al
norte de la localidad de Totoras, departamento Iriondo, se dirigía al potrero
donde se encontraban las vacas lecheras para ordeñar.
Sin que mediara ningún indicio de ataque, el animal
emprendió una alocada carrera hacia su víctima, a la que aplicó fuertes golpes
sobre el torax y miembros posteriores e inferiores, que resultaron de tal
magnitud que desplomaron al hombre, cuyos datos de filiación no fueron dados a
conocer por las autoridades policiales.
Según los informes forenses, las heridas fueron letales y
el hombre falleció en forma instantánea.
Recién pasadas las 14 de ese día, el propietario del
establecimiento arribó al lugar, ya que no había podido comunicarse
telefónicamente con su empleado, y comprobó lo sucedido.
Según comentó un hermano de la víctima, ese mismo toro ya
en dos oportunidades había intentado atacarlo.
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